Me prometí siete veces siete
que jamás diría hasta siempre
y vuelvo a pronunciar palabras que arden por dentro.
No es fácil decir después “lo siento”, ya está dicho lo
dicho
no se puede cambiar el momento ni las circunstancias,
pero cuando no hay chances de ir nuevamente por más
es bueno terminar y no volver a comenzar.
Nada será lo mismo ni nada volverá a tener su esplendor,
Y más aún cuando se trata de amor.
Es mejor que no preguntes nada, todo está así
y es mejor dejarlo así,
para qué quemar la cabeza con fuego del corazón?
Para qué cegarnos con miradas sin amor?
Cada uno tiene sus reglas y una forma de llevar el desamor,
ya no necesito saber más, ni tampoco necesitas que te diga
más,
se esfumaron las ilusiones, se terminó el amor
como se terminan las cosas en la vida, sin mirar atrás.
Solo nos queda el saber que ambos podemos descifrar
nuestro código de palabras paridas en madrugadas secretas,
pero ya no necesito ver ni saber más,
y no necesitas descifrar ni leer más,
somos dos pares de ojos que no ven,
dos pares de caricias temblorosas acariciando la boca de un
vaso.
Somos eso…dos cuerpos recostados en la barra de un bar
navegando nuestros labios en el whisky on the rocks
aspirando la última bocanada de aire viciada de un cigarro,
quemando pestañas en madrugadas más solas que nosotros dos,
estafándonos el último aliento de un beso sin amor.
Hasta siempre dijo uno de los dos,
hasta nunca se escuchó a lo lejos…
Y quedó el perfume de
tu cuello en el aire
y mi mano le regaló una última caricia al vaso,
y un beso frío al licor.
Char…libre, sin
registro©